Autor: Megan Maxwell
Páginas: 197
Editorial (sello): Planeta
Sinopsis:
Lizzy es una joven moderna y extrovertida a la que le encanta salir con sus peculiares amigos. Aunque no es el trabajo de sus sueños, se gana la vida como camarera en el restaurante del hotel Villa Aguamarina de Madrid.
Un día, a la salida de una fiesta en la que ella ha servido el catering a los invitados, ve que un coche se acerca peligrosamente a un hombre que está en la acera hablando por el móvil. Lizzy no lo piensa dos veces y va en su ayuda.
Sin saberlo, acaba de evitar el atropello de William, el hijo del dueño del hotel. Serio, clásico, reservado y algo mayor que ella, en un principio se enfada al verse rodando por los suelos, pero minutos después se queda prendado con la muchacha que le ha salvado del accidente. A partir de ese instante, el destino, y más concretamente William, harán todo lo posible para que algo mágico suceda entre ellos. ¿Estará Lizzy preparada para lo que le depara el futuro? Si crees en los flechazos y no quieres dejar de sonreír, no te puedes perder Un café con sal, un relato que te enamorará.
Este es uno de esos libros que busqué por la temática romántica y eso, me emocioné un día y me puse como loca en Internet a buscar libros bonitos y así.
El libro es sí, es súper corto, se lee en nada, y es fácil, no tiene un lenguaje complicado, la gran trama ni nada que lo revuelva a uno al momento de leer.
Tengo un algo con este libro que me hizo iniciarlo y es el hecho de que al principio, la escena en la que William y Lizzy se conocen, me recordó mucho a "Orgullo y Prejuicio", de hecho hay un diálogo prácticamente igual y fue así de: "tengo que seguir leyendo".
Cuando lo terminé de verdad estaba muy contenta, me gustó el romance y eso de "los polos opuestos" y esas cosas.
Para explicarme mejor; Lizzy es una camarera de 24 años en el hotel más prestigioso de España, lleva un corte de cabello tipo Punk, es decir, la mitad está rapada y es muy liberal...
William es un "caballero Inglés", trajeado, guapo, bien arreglado, correcto en todo sentido, muy clásico, divorciado y con 36 años de edad... sí, se llevan 12 años.
El asunto de la forma de enamorarse de forma clásica del siglo pasado, me pareció súper lindo, aunque claro hay algunos problemas que capté hasta que pasó mi shipp por William.
Obviamente William es un hombre "chapado a la antigua" y es obvio que es un machista al que no le gusta que le digan que no, aunque no reacciona agresivamente, no le gusta que le digan que no y menos las mujeres. Lizzy para mi, se vuelve un objetivo hasta que cambie algo, que de verdad en este momento no estoy muy segura que evolucione mucho, pero igual sólo es mi percepción.
Poco a poco vemos que Will, aparte de no aceptar un "no", es de los que les gusta el control, que las cosas se hagan a su forma, a la hora que dice y bajo sus condiciones.
En su momento disfruté mucho de la lectura, mi problema vino cuando lo pensé detenidamente, y lo analicé.
Para mí un caballero es lo más increíble del mundo, pero no me gusta para nada un "macho alfa", menos los pelo en pecho y espalda peluda... no me gusta esa idea.
Creo que eso es algo que cambiaría de Will y de Lizzy, la haría más acorde a lo que según "es", una rebelde con mente propia y así.
Si tienen un bloqueo lector, es un buen libro, pero si son de los que tienen tiempo de pensar y reflexionar, quizá quieran algo más profundo.
En fin, eso es todo, haganme saber si quisieran una historia de amor desencadenada por una tacita de café.