Ok, es hora, me desahogare sobre este libro de portada linda... por así decirlo.
La verdad Eadlyn es una chica que para mí no está ni de cerca preparada para lo que Maxon le confía, que es el reino entero.
Kiera me mató cuando dejó a América con un paro cardiaco o infarto (el caso es que sufre del corazón) y Maxon prácticamente se deslinda del reino y deja a esta casi niña, muy mimada por cierto, a cargo de todo.
El cómo trató a sus seleccionados me hizo enojar al grado que me quería meter en el libro y gritarle que no era más que una niña tonta que no tenía el derecho de hacer llorar a esos chicos sin la menor muestra de sensibilidad.
Ahora, me molestó también el hecho de que en este libro se enamora de Hale, Kile, Henri y Erik, llega a un punto en ciertos capítulos donde me confunde, que dice que lo quiere y al siguiente mejor no, mejor el otro chico.
Henri es maravilloso, la verdad me hubiera encantado saber más de él, así como de Kile y Hale, siento que pasaron casi desapercibidos y no lograron enamorarme por completo, me quedé deseando más de la historia, más detalles y no sé tal vez algo como la boda o qué pasó con la propuesta de la monarquía parlamentaria y con Madri. Igualmente, su familia no la veía como mala y ahora resulta que lo son, y el padre de Maxon le puso el cuerno a la reina, perdón pero en los libros anteriores este mostraba tal devoción para con su esposa que me cuesta asimilar que le ponga los cuernos y que por si fuera poco engendrará una criatura con su querida.
He decidido que me quedo con los tres libros originales de la Selección de América porque los de su hija simplemente no me llenaron.